El ser humano para desenvolverse en sociedad, utiliza
constantemente una herramienta muy conocida y también muy aceptada por los
demás, esa herramienta es conocida como el sentido común, esa lógica colectiva que
a veces puede llegar a ser muy ilógica, pues para alguien que no esta inserto
en esa colectividad de pensamiento le resulta más complejo y menos lógico sacar
ciertas conclusiones que le ayudarían a sobrellevar una adaptación al medio,
pues las creencias de este individuo no concordarían con las de los demás,
provocando que el pensamiento colectivo mire con ojos de inaceptación el
pensamiento de alguien distinto.
Normalmente el sentido común va acompañado de campos
asociativos y no de campos semánticos, pues este es el detalle del por qué el
sentido común es una herramienta que si bien es útil al momento de sobrevivir,
no nos ayuda a avanzar como raza humana en muchos aspectos, esto debido a que
solemos asociar significantes a significados que creemos están lógicamente bien
relacionados, siendo que en verdad solo relacionamos conceptos que por convenio
social es conveniente tener conectados. De esta forma el sentido común puede
tener nuestros conceptos de las cosas encerrados en especies de burbujas o
cajones, para que cuando nos toque encontrarlos podamos conectar rápidamente
los pensamientos y sacar una conclusión eficiente y útil.., pero esto nos
provoca un grandísimo daño como raza, pues al tener la respuesta más “lógica”
cerca de nosotros, no nos atrevemos a ir en busca de más respuestas, más
posibilidades, más imaginación, más pensamiento y más preguntas, que son las
que le han permitido al humano evolucionar a lo largo del tiempo.
El sentido común nos ha encerrado en nuestras propias
creencias, no consideramos otras y lo que es peor, estas otras son despreciadas
y vistas con malos ojos por no pertenecer a la lógica ilógica propuesta por la
cultura de una sociedad. De qué manera entonces se pretende progresar si se
atacan a los cambios de los paradigmas, si se ataca a la imaginación, al
pensamiento individual, a los “ilógicos”, pero a la vez lógicos pensamientos de
una mente.
Liberarse del sentido común sería de
esta forma una manera de expresión individual y de cierta libertad, podríamos
de a poco ir liberando a la sociedad de sus propias ataduras dogmáticas,
permitiendo que poco a poco se forme un nuevo pensamiento, más amplio, sin
límites, un pensamiento infinito. Claramente no propongo que esto se logre
inmediatamente, sino que hago referencia a que si se fija esto como meta
utópica y a la vez meta infinita, pues de esta forma nunca dejaríamos de
evolucionar, liberándonos cada vez de una burbuja más, con el fin de poder
alcanzar en algún futuro esa anhelada realidad, esas respuestas, que el humano
viene buscando desde el principio de los tiempos, pero que no hemos podido
conocer ni contemplar por ser nosotros nuestros propios carceleros, los
carceleros del pensamiento infinito.